Las comunidades energéticas se definen como grupos de individuos que colaboran activamente en diversas actividades dentro del sector eléctrico, como generación, almacenamiento, gestión de la demanda y distribución. Estas comunidades se distinguen por la propiedad colectiva, el aprovechamiento compartido de recursos energéticos distribuidos y procesos comunitarios de base.

En la actualidad, las comunidades energéticas están emergiendo como una herramienta clave para impulsar el uso de fuentes de energía renovable no convencionales. Asimismo, contribuyen a democratizar el acceso a recursos energéticos, elevar los estándares del servicio de energía eléctrica y estimular el desarrollo socioeconómico, el empoderamiento y la acción climática en las comunidades. Por ende, se les otorga cada vez más importancia como una vía innovadora para promover transiciones energéticas justas.